jueves, 29 de abril de 2010

Extrechinato y Tu

Un par de videos de Extrechinato y Tu, formado por Roberto Iniesta de Extremoduro, Iñaki "Uoho"Anton de Extremoduro y Platero y Tu, Adolfo "Fito" Cabrales, cuando todavía estaba en Platero y Tu y Manolillo Chinato, "el poeta de la calle". De ahí sale el nombre. Para que todos aquellos incrédulos que conocieron a Fito en su etapa PoPera vean algo de lo que era antes. Sólo grabaron un disco, que yo sepa, pero tiene unas cuantas canciones que vale la pena escuchar. Estas dos son unas de ellas. A la sombra de mi sombra:
y la segunda sólo la he encontrado siendo ya Fito y Fitipaldis:

domingo, 18 de abril de 2010

Cambiando de trabajo...

Pese a que las previsiones meteorológicas para mañana anuncian “sludd” -algo parecido a aguanieve- se puede decir que el invierno ya ha quedado atrás definitivamente en la ciudad de Bergen. El fin de semana pasado salió el sol durante dos días seguidos y la ciudad se revolucionó. Las calles estaban abarrotadas, las tiendas llenas, los restaurantes no daban a basto, la gente con la sonrisa en la cara a todas horas,… Tengo que reconocer que después de llevar un tiempo en Noruega, estas cosas te empiezan a influir. Cuando vivía en Barcelona yo era de los que cambiaba de acera si no había sombra, evitaba salir a medio día, la playa estaba prohibida, el sol me provocaba mal humor, vivía como una esponja andante,… Sin embargo ahora, el sol se vuelve tu amigo, empiezan de nuevo las pateadas bajo el sol “de verano” por la montaña, sales a comprar ropa, te vas a cortar el pelo, dejas de mirar la cartelera del cine como tu única posibilidad de pasar la tarde, … :-) Bueno, estoy exagerando, pero hay algo de cierto en ello.

Sin embargo personalmente estos últimos días han pasado otras cosas que me han influido de una forma más contundente. La principal y más directa es que he cambiado de trabajo. Es mi tercer trabajo en Bergen como arquitecto y en esta vida laboral he pasado de la frustración más grande en mi primer trabajo al mejor ambiente “familiar” del segundo y finalmente a la empresa más grande en la que he estado involucrado nunca.

Llevo trabajando desde hace unos 22 años -interrumpidamente, claro-, a la edad de 15. Todo empezó poniendo tapones en una empresa de aerosoles durante un mes de verano, y desde entonces he ido compaginando los estudios con todo tipo de trabajos (paleta, profesor privado, monitor, barman, pintor de figurillas de plástico, pinche cocina, friega-platos, auxiliar administrativo, celador, auxiliar de bibliotecario, repartidor en bici de periódicos, …) hasta que me metí en el mundo de la arquitectura hace más de 10 años. Desde entonces sólo he trabajado de arquitecto.

Mi primer trabajo como arquitecto en Bergen fue en una empresa dirigida por dos Egos enormes con puntos de vista casi opuestos sobre arquitectura, y casi todo lo demás. Uno de ellos, el dueño mayoritario, es una persona cuya obsesión es mostrar el dinero que tiene. Un “Jefe” con capacidad nula como directivo que ha dedicado sus últimos 15 años (como mínimo) de su vida laboral a anular cualquier actividad creativa de sus trabajadores. En años de bonanza, como los que se han vivido, apenas pasaba tiempo en la empresa, todo su tiempo libre lo dedicaba a sus viajes a las playas del sur de Europa, a lucir moreno, a conducir su descapotable clásico inglés, a sus dos barcos, a sus 4 cabañas en la montaña y a hablar de sus más de 10 pares de esquís, bla-bla-bla… Arquitectura, cero patatero. Al menos el otro socio si estaba centrado, con sus mas y sus menos, claro. Tras casi 3 años trabajando allí mi vida laboral se hizo insoportable. Al principio no le daba importancia y me centraba en aprender el idioma, las costumbres y la forma de trabajar en Noruega. Luego llegó la crisis financiera y todos sus amigos ricos dejaron de ser tan ricos y la empresa empezó a ir mal. Los tres últimos en entrar, yo uno de ellos, tuvimos que empezar a hacer otros planes.

Ya estaba mentalizado en pasar una temporada sabática para recuperarme de la mala experiencia. Tenía muchos planes, empezar a estudiar algo nuevo, diseñar “la casa de mis sueños” en Arano, plantearme crear una empresa propia,… y de repente recibí una llamada de una empresa de diseño que buscaban incorporar un arquitecto a su estudio. Así que me trasladé unos 300 metros en la misma calle, y empecé a trabajar en el mundo del diseño. Ya habría tiempo para mis planes más adelante. Allí estuve en proyectos pequeños y mas enfocados hacia el interiorismo, el diseño gráfico,… El asunto tocaba un poco tangencialmente mi experiencias anteriores y mis intereses profesionales, pero el ambiente interno de la empresa era inmejorable. El mismo tamaño que el anterior, unas 8 personas, pero una motivación totalmente diferente. A las pocas semanas de entrar ya estaba más involucrado en los proyectos de lo que lo estuve nunca en el despacho anterior. Se discutía sobre los conceptos, la idea y el desarrollo de los proyectos desde su fase inicial. Se trabajaba transversalmente con otras profesiones, en el despacho había diseñadores, interioristas y arquitectos. El proceso creativo volvió a aparecer, pero sabía que no podía estar mucho tiempo mas allí. En el fondo a mi lo que me interesa es la arquitectura, mas que el interiorismo.

Sin enviar ningún CV, recibí otra llamada de una empresa que buscaba arquitecto. Ramboll AS, una empresa internacional con sede en Copenhague, que tiene en Bergen a más de 120 trabajadores de los cuales unos 15 somos arquitectos. Y aquí estoy desde hace 2 semanas intentando acoplarme al sistema, acostumbrándome a los 12 kilómetros en bici de ida y los mismos de vuelta.

Todo eso me ha apartado un poco de mis otras rutinas, entre ellas la de escribir en el blog. Pero ahora me voy preparando para los largos días del verano noruego…