sábado, 26 de junio de 2010

De camino a la oficina...

Parece que últimamente no hago más que buscar excusas para explicar el porqué he dejado de escribir en el blog. Y es cierto. La verdad es que se han sumado un montón de circunstancias que han propiciado esta situación.

Voy a explicar una de ellas. Desde que cambié de trabajo tengo mucho menos tiempo libre. No es que haga muchas horas extras, pero todo cambio conlleva un período de adaptación y durante ese tiempo se han de dejar aparcadas algunas cosas. En abril empecé a trabajar en Rambøll Norge y el primero de los cambios, el más inmediato, fue la distancia que me separa de la oficina. El despacho anterior estaba a menos de 10 minutos de suave pendiente en bici. Era muy agradable sentarte en la bici a primera hora de la manyana y dejarte llevar hasta la misma puerta del despacho con el mínimo esfuerzo.

Ahora la situación ha cambiado bastante, la nueva oficina se encuentra a unos 12 kilómetros de casa. De cara al verano me planteé seguir haciendo la ruta en bici. Me sirve como una manera de empezar el día activo y de paso como ejercicio físico. El trayecto de casa al despacho ha cambiado bastante y el paisaje urbano por el que me paseo varía tras cada esquina.

Un día de mayo me decidí a sacar unas fotos de los diferentes “lugares” por los que cruzo cada día (bueno, si sale un día de perros, también tengo la opción de coger el autobús de puerta a puerta. Por suerte) Aquí van algunas de las fotos.

La primera de las fotos es una calle típica que me encuentro al salir de casa. Nada especial a parte de los restos de la última nevada encima de los coches a mediados de mayo.

Al final de la calle te encuentras con un pequeño parque que hay que atravesar en el cual lo primero que te sorprende es este molino.

Después del parque se vuelve a entrar en “callejones” peatonales con un tráfico endiablado como se puede ver en las siguientes fotos. :-)

Al final de unos 5-10 minutos por estos caminos, te encuentras en la orilla del mar con el palacio real justo en frente. Ahora luce mucho más espectacular con todos los árboles llenos de hojas y los jardines bien cuidados.

El camino transcurre durante otros 15 minutos al lado de una vía de tráfico rápido que te deja la vista de la izquierda paisajes como estos. Hay que tener en cuenta que estoy hablando de Bergen, la segunda ciudad más grande de Noruega después de Oslo y que en ningún momento salgo de lo que se considera la zona metropolitana de la ciudad. Uffff!!, si, es que tienen una falta de espacio brutal. No se ni como pueden vivir tan hacinados.

Alguna granja va saliendo al lado del camino con sus ovejas, caballos, vacas,… En esta misma foto hay un desvío de 500 metros hacia una playa muy frecuentada en verano a la que aun no me he acercado. Algún día caerá.

Más adelante el terreno se hace un poco más abrupto y hay que conducir en la calzada atravesando una zona residencial entre el mar y la roca esculpida por la carretera.

Aun así aparecen zonas residenciales como la siguiente.

Con sus plazas de aparcamiento obligatorias y de fácil acceso. ;-)

Seguimos con la carretera de tráfico intenso hasta llegar a la oficina…

Después de cumplir con la jornada laboral de 8 horas, incluida la media hora de “comida”, (bueno, lo que ellos llaman comida, que no es más que un aperitivo-almuerzo) toca volver a casa. Desde el principio me decidí a volver por otro camino que me lleva directo al centro de la ciudad pero me obliga a subir desde cota cero hasta unos 300 metros sobre el nivel del mar. Es un poco más sufrido pero puedo pasar toda la tarde (desde las 4-5) en el centro, para tener mi dosis de “muchedumbre” diaria. Si el día es bueno, esa dosis puede ser equivalente a la de las Ramblas de Barcelona en pleno verano. Y esto no es irónico. En el trayecto de vuelta aparecen estos paisajes “urbanos”…

Después de pasar este puente se llega al centro de Bergen.

Y a esto dedico unos 35-40 minutos por trayecto cada día, al menos 3 o 4 veces por semana. Si le unimos que el buen tiempo te mantiene fuera de casa y que los largos días te vuelven un poco hiperactivo y empiezas a meterte en saraos varios, el resultado es que el blog se queda un poco abandonado. :-)

lunes, 21 de junio de 2010

Valhalla Rising

Este sábado tuve los exámenes de las asignaturas correspondientes al Máster en Prevención de Riesgos Laborales que estoy haciendo en la UOC. Cuando uno lleva los temarios en orden, siempre he creído que lo mejor que se puede hacer el día antes es relajarse. Así que me pasé por una tienda y empecé a ojear carátulas de películas. Me apetecía algo de acción, que no me hiciera pensar mucho, algo para pasar el rato e irme a la cama.
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Pasó por delante de mis ojos una película de la que ya había visto el trailer unos meses antes, Valhalla Rising. Pensé: "Perfecto! una peli de vikingos repartiendo mamporros es lo que toca ahora". Y vaya sorpresa!!
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No había visto nada antes del director, Nicolas Winding Refn. Un danés cuya última película fue Bronson y la conocida trilogía "The Pusher". El actor principal si que es más sonado, Mads Mikkelsen, con papeles en películas taquilleras como "Casino Royale" o "Quantum of Solace".
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Al principio la película sorprende con una fotografía impresionante de los paisajes escandinavos. Por el argumento se puede deducir que representa la Islandia del siglo XI. Personalmente, lo más impresionante del paisaje es la luz y la niebla que rodea toda la película. Después de haber vivido en Noruega durante casi 4 años os puedo asegurar que esa sensación está muy bien conseguida. Las imágenes iniciales son bastante brutales, incluso para una película de "tortas" pero la película no se queda ahí.
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Un ritmo lento y un uso del "Photoshop", a veces excesivo para mi gusto, dan a la película un cierto tono onírico que sirve para explicar una historia a caballo entre la mitología nórdica y la historia. Pero prefiero no dar mas datos para no estropear la sorpresa. Aquí viene el trailer.
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