domingo, 21 de febrero de 2010

Simon's cat

Un de las incomodidades que tiene el día a día bajo la nieve es encontrar cualquier cosa que te dejas fuera de casa. Si te olvidas algo en el exterior y dejas pasar un tiempo es probable que no lo vuelvas a ver hasta dentro de unos meses. Eso lo aprendí el primer invierno que pasé en noruega hace 11 años. Cuando llegaron las nieves aparqué mi cutre-bici de tercera mano en el sitio habitual y empecé a usar el transporte público. Para cuando pensé en la bici a los 2 días había una montaña de nieve. Ahí se quedó la pobre hasta que llegó la primavera y para entonces ya no recordaba ni como era. Posiblemente se la llevaría algún camión de la basura entre hierros retorcidos.

En Bergen eso no es tan normal, sin embargo este invierno si lo está siendo y para demostrarlo, aquí está la siguiente foto de la terraza que tenemos en casa. Es una mesa de pizarra natural con unas cuantas sillas viejas al lado de una barbacoa portátil y con buenas vistas. Este es aspecto que tiene ahora.

Otra de las actividades de mantenimiento habituales es la de quitar el hielo de la entrada a medida que va apareciendo. Eso, a falta de herramientas adecuadas como sería unos punzones de 1 metro con el que romper el hierro, se ha de hacer con lo que tienes a mano. En mi caso, una hacha para las salidas a ala montaña que compré hace mucho. Armarse de paciencia y repartir hachazos a diestro y siniestro contra el suelo abriendo un caminillo que a las pocas horas se vuelve a cubrir de nieve. Al menos el hielo ha desaparecido. :-)

Sin embargo si para nosotros ya es a veces incómodo, para el gato que tenemos salir al exterior es toda una aventura. Pero aún así, sale. Y se mete en algún que otro atolladero de vez en cuando.

:-)

No, si ya lo decia Simon's cat:

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