lunes, 18 de enero de 2010

La cara fea de Noruega

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A petición del público (bueno, de una persona en concreto) voy a contar un poco los trapos sucios de la Noruega que yo conozco. Ojo!, la que yo conozco, que no la real, al menos no en el sentido amplio de la palabra. Hay muchos aspectos que se me escapan por la dificultad que tiene el idioma y la diferencia cultural que todavía no he vencido. Aquí os doy una visión por encima de los que yo considero mas importantes.

Noruega es un país de unos 385.000km2 de superficie con 4,7 millones de habitantes, eso supone una densidad del 12,1hab/km2. Para hacernos una idea, lo podemos comparar con otros estados más cercanos. Por ejemplo, España (500.000km2, 46,7 m. de habitantes, densidad del 92,4hab/km2) y Francia (675.000km2, 64 m. de habitantes, densidad del 115hab/km2) Sólo mirando estos datos ya se puede intuir que en Noruega no hay muchos conflictos de convivencia en comparación con los otros dos estados. Si encima le añadimos que Noruega es actualmente el segundo país con el mayor PIB nominal per cápita del mundo (por detrás de Luxemburgo), nos podemos imaginar una sociedad con mucho espacio libre, mucho dinero, con pocos vecinos que incordien y …. muy aburrida. :-)

La juventud, esa época que ya dejé de lado hace ya unos años, está muy influenciada por la propaganda norteamericana e inglesa que entra por la televisión. Difícilmente te encontrarás alguien, con independencia de la edad, que no te hable un inglés mejor que el tuyo mismo. La televisión es prácticamente una reproducción sistemática de los programas y series norteamericanas e inglesas (eso sí, con subtítulos en noruego). Hace ya 11 años conocí un malagueño que recibió una beca del gobierno de España para estudiar la “influencia de las series norteamericanas en la juventud noruega”. Ya era un tema interesante hace años. La música que se escucha es la que podrían estar cantando todos los días las barbies en los 40 principales, a excepción del Black Metal, Gótico y sus variantes. La cultura local, a diferencia de las conversaciones sempiternas sobre los dialectos, está relegada a los “viejos”, la música tradicional no encuentra mucha aceptación entre los jóvenes, aunque exista y algunas veces se haga notar en la televisión. En el fondo, y pecando de hacer comentarios simplistas, la juventud sólo mira lo más “cool” que llega de USA e Inglaterra. Si creíais que eso pasa en todos lados, ya os digo yo que no en el mismo grado.

El alcohol está totalmente monopolizado por el estado. En los supermercados únicamente se puede comprar cerveza y hasta una hora determinada. Vinos, licores, cavas, etc. sólo se pueden comprar en la tienda del estado, “Vinmonopoliet” y no es accesible en todas las localidades del interior. Es decir que el tema del alcohol se convierte en una obsesión entre los jóvenes los viernes por la tarde y pasa lo que pasa. En algunas zonas del norte de Noruega- Finmark, tierra de Samis- existe un grave problema de alcoholismo similar al de Groenlandia con los Inuit. Trondelag es famoso por las noticias de gente que pierde la vista por crear su propio alcohol de forma casera. Los ferries a suecia y Dinamarca son famosos en las zonas limítrofes como una opción para coger un ciego de órdago en el viaje gracias al Duty Free.

Las drogas están prohibidas, es decir, por fumar maría puedes ir a la cárcel. Eso lo único que genera es que los círculos de fumetas son mas herméticos de lo que se ve por el sur. La droga más peligrosa es la heroína, desmarcando con diferencia a la cocaína. Hace unos meses leí un artículo en el que se contaba que Barcelona y London eran con diferencia las ciudades europeas donde mas cocaína se consumía, incluso se reflejaban restos de ella en el ambiente (o el agua corriente, no recuerdo). Noruega, en general, podría estar en la lista equivalente de la heroína. Sin embargo, incluso los consumidores habituales son bastante pacíficos en comparación con los del sur.

Uno de los riesgos “nuevos” (en el sentido de que me sorprende personalmente al no estar acostumbrado) de este país es el índice de suicidios. Creo que está directamente relacionado, atreviéndome a opinar sin ser psicólogo, con los escasos problemas económicos, “facilidad” de encontrar trabajo, la falta de motivación, el desarraigo cultural, la incomunicación por la orografía y individualismo de la sociedad. Evidentemente todo esto es subjetivo y se me puede rebatir. Cuando era estudiante en Oslo, una amiga mía vio caer un cuerpo por la ventana mientras desayunaba en su cocina cuando llevaba apenas unas semanas en Noruega. Eso fue bastante ilustrativo de lo que pasa por aquí.

Estos problemas de depresión generan episodios puntuales cada año como el último que recuerdo del invierno pasado: un hombre mata a cuchillazos a dos familias enteras, se atrinchera en una casa y posteriormente se suicida en un pequeña localidad de uno de los fiordos incomunicados del interior del país. Evidentemente noviembre-diciembre no son los mejores meses para quedarte incomunicado y a oscuras si estás psicológicamente desquiciado. Pero todos los países tienen ese tipo de noticias, si no es por depresiones, es por exceso de población u otros problemas.

Noruega es un país de inmigrantes y refugiados políticos. Es lo que tiene tener pasta y poca población. Sin embargo, casi todos los refugiados políticos son enviados a rellenar el norte, donde nadie quiere vivir. Esa fue la primera impresión que tuve cuando llegué a Vadsø para pasar un par de meses por un beca en el 2004. Tambores africanos, y delicias turcas en una pequeña población de 2000 habitantes casi tocando Rusia en lo más perdido del norte noruego. La mayoría de la población Sami, cerca del 80%, vive en Oslo y muchos se sienten cohibidos por esa procedencia intentando pasar desapercibidos. Por suerte, los chistes despectivos reincidentes sobre minorías étnicas son cada vez menos habituales y esa persecución está disminuyendo cada vez más.

En la literatura, hay una gran tradición de Novela Negra. Sobretodo en la época de Semana Santa en la que a todo el mundo le da por leer novelas sobre crímenes. Sin embargo no es tanta como la existente en el país vecino, Suecia, donde, por ejemplo, las novelas de Stieg Larsson se están convirtiendo en un éxito mediático mundial. Uno de los escritores noruegos más reconocidos internacionalmente es Knut Hamsum. Obras como “Hambre” (Unger) son una referencia mundial y sin embargo era un personaje simpatizante con el movimiento nazi. Bueno, Salvador Dalí aceptó el régimen franquista y no por ello se le puede quitar el mérito artístico.

Los políticos de la derecha noruega, Fremskrittspartiet, están en contra de los inmigrantes y les reclaman, entre muchas otras cosas, el conocimiento del idioma noruego. Lo del idioma puede ser comprensible. El problema es que muchos de esos mismos personajes son los que pasan todo el invierno, una gran parte del año, en Málaga y hacen declaraciones como estas: “los españoles deben aprender noruego porque hay muchos ciudadanos noruegos residiendo aquí y no nos podemos comunicar”. El problema para ellos no son los inmigrantes porque cuando ellos lo son, los problemas son el resto de ciudadanos del mundo que no hablan noruego. Sin comentarios.

Y después de esta descripción de la cara fea de Noruega, sigo diciendo que de momento vivo voluntariamente en este país. Los noruegos tienen un montón de cosas buenas que vuelcan la balanza hacia el lado positivo. Pero el día que se les acabe el dinero que les da el petróleo de sus mares, se encontrarán con un montón de problemas sociales de golpe. Espero que sepan dosificar un poco sus recursos aprendiendo de las hormigas y se dejen de hacer la cigarra americana o esto puede ser un infierno peor que el de Dante.

Y en este post no pongo ni una foto ni un link. Os jodéis. Por hacerme hablar de caras feas. ;-)

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